Toledo, monumental, viva y patrimonio eterno
Divina, grande, monumental, eterna y única en el mundo. Así es la mágica ciudad de Toledo, con siglos de historia y con una situación estratégica, a menos de treinta minutos en AVE de la capital de España. Declarada patrimonio mundial por la Unesco el 28 de noviembre de 1986, la ciudad histórica se levanta sobre una gran roca granítica y se asienta sobre doce colinas cuya cota más elevada alcanza los 548 metros en el Alcázar. Abierta en canal por el Tajo, río que la abraza y protege marcando su rotunda personalidad, resaltando esa singularidad natural y bella que se suma al patrimonio único e inmenso creado por diferentes culturas durante siglos que ha sido motivo de inspiración para grandes y universales pintores, arquitectos, escultores, poetas, literatos, cineastas… Artesonados, cúpulas nervadas, arcos polilobulados, azulejos de vistosos colores, capiteles, mármoles, maderas nobles y piedra de los Montes de Toledo, ladrillo, hilo de oro y el mejor acero templado. Fue -reconoció la Unesco-municipio romano, capital del reino visigodo, plaza fuerte del emirato de Córdoba y puesto de mando avanzado de los reinos cristianos en su lucha contra los musulmanes. Estos son solo algunos de los ingredientes de esta milenaria ciudad formada por arrabales, callejuelas estrechas, adarves, cobertizos, conventos, hospitales renacentistas, mezquitas, sinagogas, y monasterios y su impresionante catedral gótica de Santa María, uno de los templos cristianos más importantes y antiguos de España, que en 2026 cumplirá 800 años, evento que cuenta con un interesante programa de actividades culturales y religiosas. La estrategia turística de Toledo pasa por vender ese inmenso potencial que la hace tan única. Atardeceres, noches, historia, cultura, gastronomía, una vista desde un mirador, un puente romano y una terraza en pleno casco histórico o adentrarse en ese Toledo desconocido de cuevas y subterráneos, de leyendas, damas, brujas e historias con embrujo gracias a la multitud de visitas nocturnas guiadas por profesionales que diariamente recorren el día y la noche de Toledo. Tapear al caer la tarde puede ser el primero de los rituales de una noche toledana, que continuará descubriendo cómo se iluminan el Alcázar, la catedral, los jesuitas; San Juan de los Reyes, la muralla, la torre de Santo Tomé y el edificio de las Cortes de Castilla-La Mancha (el convento de San Gil) para conformar la espléndida panorámica nocturna de Toledo bajo las estrellas. Aunque siempre hay quien prefiere simplemente pasear en silencio entre los cobertizos y el barrio conventual y, en solo unos metros, vivir el ocio nocturno de la zona más céntrica de Zocodover y Alfileritos y disfrutar de la música en el Círculo de Arte, una antigua iglesia por la que han pasado las mejores bandas españolas. Siempre es un buen momento para visitar Toledo, aunque hay dos fechas señaladas en el calendario: la Semana Santa , con su recogimiento y solemnidad, los tambores, mantillas y cornetas y el Corpus Christi, fiesta declarada de Interés Turístico Internacional, con sus flores y sus patios abiertos de par en par.
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