La trumpada pega en crecimiento económico y gobernabilidad
El Plan México de Claudia Sheinbaum ha quedado noqueado desde antes de operar, las órdenes ejecutivas de Donald Trump hacen imposible alcanzar sus objetivos, como convertir al país en la décima economía del mundo.
El Plan México ha quedado noqueado desde antes de operar, en virtud de que las primeras órdenes ejecutivas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de las prisas por negociar la nueva versión del T-MEC bajo la óptica del proteccionismo comercial para los productos y trabajadores norteamericanos, hacen imposible cumplir con sus objetivos, en particular colocar a nuestro país en el décimo lugar de las economías del orbe.
Tanto la declaratoria de emergencia nacional en la frontera sur de aquel país como la nominación de terroristas a los cárteles de la droga son tan solo la punta del iceberg que contiene más acciones que, por un lado, reducirán las exportaciones de productos mexicanos a Estados Unidos y, por otro, las empresas que pensaban invertir en México, pues están valorando la posibilidad de hacerlo en la Unión Americana, no obstante el alto nivel que tienen los salarios de aquel lado de la frontera.
La inflación nuevamente repunta y la devaluación del peso ante el dólar se convierte en una amenaza permanente.
Por desgracia, los sueños guajiros de la 4T de colocar a México en el top ten de las economías del mundo se han desvanecido y, si ahora ocupa el sitio número 13, lo más seguro es que al término del sexenio de la presidenta descienda varios escaños más.
Si los pronósticos más optimistas del PIB para este año rondaban entre 1 y 1.5 por ciento, luego del impacto de la trumpada se desplomará ese pronóstico a cero.
No solo se trata de temas económicos, sino de gobernabilidad, por las precarias condiciones que tiene el gobierno para solventar la crisis que se recrudece a partir de las primeras órdenes ejecutivas del magnate norteamericano.
A Claudia Sheinbaum y a todos los mexicanos nos tocará cosechar lo que sembró López Obrador en cuatro rubros: economía, seguridad pública, vulnerabilidad del Estado de derecho y desabasto energético, lo que se recrudece con el relevo presidencial en EU.
Las opciones que tiene el gobierno de la doctora para atenuar el impacto brutal que viene del norte son pocas, en virtud de que se carece de la solvencia financiera para impulsar el crecimiento de la planta productiva y de las Mipymes. Es decir, el gobierno está quebrado, apenas cubre el gasto presupuestal con los ingresos que genera y percibe.
No hay dinero para nada más y por ello buscan recursos hasta por debajo de las piedras, como es el caso de los 1.2 billones de pesos de la subcuenta de vivienda del Infonavit, que son propiedad de los trabajadores que por años han cotizado a ese instituto.
El déficit que dejó el gobierno de López Obrador y que trata de corregir su sucesora es criminal, en virtud de que con el costo de los programas de asistencia social con tintes electorales, el fondeo de las obras faraónicas y las ocurrencias del mesías, amén de la inédita contratación de deuda con altísimos intereses, se ahorcaron las finanzas del gobierno y ahora, ante la crisis migratoria generada por la deportación de cientos de miles de personas de todas nacionalidades, pues se requieren recursos multimillonarios para evitar el colapso en las ciudades fronterizas.
Ciertamente, una crisis también genera oportunidades y eso depende de la resiliencia del propio gobierno mexicano y de los mexicanos, quienes, por lo menos en los últimos 50 años, han vivido sumergidos entre crisis y malos gobiernos y han salido adelante.
Vale la pena recordar que pasó con motivo de la pandemia por Covid-19, que dejó más de un millón de decesos y causó el cierre de miles de empresas y el despido de millones de mexicanos; sin embargo, las empresas que quedaron de pie y los incansables emprendedores se levantaron de las cenizas, sin ningún apoyo del gobierno de AMLO para recobrar el crecimiento económico que dejó la administración de Enrique Peña Nieto y que fue del orden del 2.4% del PIB.
Ahora las cosas son muy diferentes por la herencia maldita de AMLO a Sheinbaum y que tendrá que padecer en carne propia los monumentales yerros de su antecesor.
Desde luego, son momentos de unidad nacional en torno a la jefa del Ejecutivo federal, pero de eso a quedarse callados sobre las razones de la crisis, pues es muy diferente.
Como se ha comentado, la doctora no solo requiere una recomposición inmediata de su gabinete, sino también darle una retocada a la reforma judicial para permitir que los nuevos juzgadores sean imparciales y autónomos a su égida y que cuenten con la experiencia profesional necesaria para llevar a cabo con eficacia su encomienda.
La concentración de tanto poder en torno a una persona no servirá de nada ante el embate de Trump, porque ese poder acumulado se obtuvo pisoteando los derechos y conquistas de los partidos de oposición y de los ciudadanos que votaron por ellos, al quitarles la representación real en el Congreso federal por darles mayorías calificadas artificiales a Morena y rémoras.
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