Colaboración y dosis realidad para el avance del tercer sector
La Galería acogió ayer el segundo encuentro del ciclo Andalucía en Femenino de la edición 2024-2025, una cita organizada por ABC que tiene como objetivo reunir a mujeres líderes de toda Andalucía para poner el foco en temas de interés general desde el punto de vista femenino. Bajo el título 'Solidaridad y tercer sector' , la jornada, que contó con el patrocinio de CaixaBank y Persán, se centró sobre el trabajo de las asociaciones y el vínculo con las empresas. Para hablar de solidaridad en primera persona, en el debate, moderado por la periodista Isabel Aguilar, participaron Marta Baturone, presidenta de la Fundación El Gancho Infantil; Cristina Izu, responsable de inserción laboral de la Fundación Persán; Blanca Parejo, directora de la Fundación Alalá, y Manuela Villena, gerente de la Fundación Bidafarma. El coloquio arrancó respondiendo a la cuestión de cómo es el día a día de cada fundación. En ese sentido, Marta Baturone explicó que la Fundación El Gancho Infantil se dedica a « detectar necesidades que hay en el día a día en el ámbito de la salud ». Al frente de la fundación, Baturone es la responsable de poner en marcha una serie de retos como La Azotea Azul o el Espacio Azul en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Por su parte, en Fundación Persán, Cristina Izu explicó que la entidad nació hace diecinueve años para acompañar a encontrar puestos de trabajo a las personas inmigrantes. Actualmente, « atendemos a todos los colectivos que quieran cubrir esa necesidad de empleo o mejorar sus condiciones laborales». Aecetia o Sevilla Integra son algunos de los proyectos que lleva a cabo la entidad bajo el lema de que en cualquier rincón de Sevilla hay personas que pueden desarrollar un talento. En el caso de Fundación Alalá, Blanca Parejo apuntó que este año se cumplen diez años desde el inicio del proyecto, que trabaja para mejorar las condiciones de los niños de barrio del Polígono Sur de Sevilla a través de disciplinas artísticas como el cante, el baile o la pintura. Actualmente, la fundación apoya a cuatrocientos niños y, de manera transversal, a sus familias. Manuela Villena, por su parte, repasó las actividades que lleva a cabo la Fundación Bidafarma, que cuenta con dos años de trayectoria trabajando en el ámbito sanitario, con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida, sobre todo de las personas vulnerables, a través de la farmacia comunitaria . «Trabajamos a través de la contribución a los programas sociales de nuestro entorno y aprovechando todas las convocatorias que hay abiertas», sostuvo. Ante la pregunta si Andalucía es un territorio favorable para la acción social, Cristina Izu confesó que « no es fácil arrancar un proyecto , pero es importante que no veamos este tipo de ayudas como un gasto si no como una inversión». «Antes podíamos decir que nos faltaba información, pero ya no. Por lo que ser solidario ahora mismo no es tan complejo ni tan puntual como lo era hace unos años. Ser voluntario o participar activamente en cuestiones sociales es fácil para todo el mundo», añadió. «La gente en general es buena por naturaleza», coincidió Marta Baturone. «El tema es que cada uno analice dónde o cómo puede colaborar y contribuir mejor. Nuestros voluntarios tienen integrada completamente esta actividad», especificó. «La cultura y el arte está un poco olvidado en el ámbito de las fundaciones, a pesar de que sensibiliza, educa y no entiende de estratos sociales», comentó Blanca Parejo sobre el voluntariado y la concienciación de las empresas en el ámbito social. Desde Fundación Bidafarma, Manuela Villena destacó que « la solidaridad tiene que ser una forma de entender el mundo , un compromiso colectivo que tiene que darse en el día a día. Hay que seguir trabajando para que se traduzca en acciones concretas, y también tiene que visibilizarse». En ese sentido, Marta Baturone destacó que un gran paso adelante sería la alianza entre las fundaciones. «Cuesta más mantener los proyectos en el tiempo, que financiarlos», añadió. Los datos avalan que el sector de las fundaciones y asociaciones tienen a más mujeres al frente que en otros ámbitos de trabajo. « Somos más, pero nos queda mucho camino por recorrer », aclaró Manuela Villena. «No creo que una mujer vaya a defender un puesto de este tipo mejor o peor, cada uno tiene sus capacidades, pero es maravilloso encontrarse a mujeres al frente», opinó Cristina Izu. «Hay una mejora, pero no es ningún secreto que las mujeres somos las que estamos al frente en este sector», añadió. « En el terreno social, la mujer es más empática , con menos actitud competitiva y pienso que tenemos más valores», sostuvo Blanca Pareja. «Aportamos sensibilidad y pragmatismo para esa visión estratégica. El liderazgo femenino suele ser más colaborativo, más horizontal», coincidió Villena. Durante el debate también se analizó las ventajas e inconvenientes del trabajo en una entidad social, y se intentó desmitificar o quitar el romanticismo a esa labor. «Los días
La Galería acogió ayer el segundo encuentro del ciclo Andalucía en Femenino de la edición 2024-2025, una cita organizada por ABC que tiene como objetivo reunir a mujeres líderes de toda Andalucía para poner el foco en temas de interés general desde el punto de vista femenino. Bajo el título 'Solidaridad y tercer sector' , la jornada, que contó con el patrocinio de CaixaBank y Persán, se centró sobre el trabajo de las asociaciones y el vínculo con las empresas. Para hablar de solidaridad en primera persona, en el debate, moderado por la periodista Isabel Aguilar, participaron Marta Baturone, presidenta de la Fundación El Gancho Infantil; Cristina Izu, responsable de inserción laboral de la Fundación Persán; Blanca Parejo, directora de la Fundación Alalá, y Manuela Villena, gerente de la Fundación Bidafarma. El coloquio arrancó respondiendo a la cuestión de cómo es el día a día de cada fundación. En ese sentido, Marta Baturone explicó que la Fundación El Gancho Infantil se dedica a « detectar necesidades que hay en el día a día en el ámbito de la salud ». Al frente de la fundación, Baturone es la responsable de poner en marcha una serie de retos como La Azotea Azul o el Espacio Azul en el Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Por su parte, en Fundación Persán, Cristina Izu explicó que la entidad nació hace diecinueve años para acompañar a encontrar puestos de trabajo a las personas inmigrantes. Actualmente, « atendemos a todos los colectivos que quieran cubrir esa necesidad de empleo o mejorar sus condiciones laborales». Aecetia o Sevilla Integra son algunos de los proyectos que lleva a cabo la entidad bajo el lema de que en cualquier rincón de Sevilla hay personas que pueden desarrollar un talento. En el caso de Fundación Alalá, Blanca Parejo apuntó que este año se cumplen diez años desde el inicio del proyecto, que trabaja para mejorar las condiciones de los niños de barrio del Polígono Sur de Sevilla a través de disciplinas artísticas como el cante, el baile o la pintura. Actualmente, la fundación apoya a cuatrocientos niños y, de manera transversal, a sus familias. Manuela Villena, por su parte, repasó las actividades que lleva a cabo la Fundación Bidafarma, que cuenta con dos años de trayectoria trabajando en el ámbito sanitario, con el objetivo de mejorar la salud y la calidad de vida, sobre todo de las personas vulnerables, a través de la farmacia comunitaria . «Trabajamos a través de la contribución a los programas sociales de nuestro entorno y aprovechando todas las convocatorias que hay abiertas», sostuvo. Ante la pregunta si Andalucía es un territorio favorable para la acción social, Cristina Izu confesó que « no es fácil arrancar un proyecto , pero es importante que no veamos este tipo de ayudas como un gasto si no como una inversión». «Antes podíamos decir que nos faltaba información, pero ya no. Por lo que ser solidario ahora mismo no es tan complejo ni tan puntual como lo era hace unos años. Ser voluntario o participar activamente en cuestiones sociales es fácil para todo el mundo», añadió. «La gente en general es buena por naturaleza», coincidió Marta Baturone. «El tema es que cada uno analice dónde o cómo puede colaborar y contribuir mejor. Nuestros voluntarios tienen integrada completamente esta actividad», especificó. «La cultura y el arte está un poco olvidado en el ámbito de las fundaciones, a pesar de que sensibiliza, educa y no entiende de estratos sociales», comentó Blanca Parejo sobre el voluntariado y la concienciación de las empresas en el ámbito social. Desde Fundación Bidafarma, Manuela Villena destacó que « la solidaridad tiene que ser una forma de entender el mundo , un compromiso colectivo que tiene que darse en el día a día. Hay que seguir trabajando para que se traduzca en acciones concretas, y también tiene que visibilizarse». En ese sentido, Marta Baturone destacó que un gran paso adelante sería la alianza entre las fundaciones. «Cuesta más mantener los proyectos en el tiempo, que financiarlos», añadió. Los datos avalan que el sector de las fundaciones y asociaciones tienen a más mujeres al frente que en otros ámbitos de trabajo. « Somos más, pero nos queda mucho camino por recorrer », aclaró Manuela Villena. «No creo que una mujer vaya a defender un puesto de este tipo mejor o peor, cada uno tiene sus capacidades, pero es maravilloso encontrarse a mujeres al frente», opinó Cristina Izu. «Hay una mejora, pero no es ningún secreto que las mujeres somos las que estamos al frente en este sector», añadió. « En el terreno social, la mujer es más empática , con menos actitud competitiva y pienso que tenemos más valores», sostuvo Blanca Pareja. «Aportamos sensibilidad y pragmatismo para esa visión estratégica. El liderazgo femenino suele ser más colaborativo, más horizontal», coincidió Villena. Durante el debate también se analizó las ventajas e inconvenientes del trabajo en una entidad social, y se intentó desmitificar o quitar el romanticismo a esa labor. «Los días más ingratos de mi vida los he vivido en esta área», confesó Cristina Izu. « Trabajamos con personas, no es una ciencia exacta , ellos y ellas son quienes deciden y tienen la última palabra. Me encanta mi trabajo porque un día gratificante compensa cien días ingratos», manifestó. «Si estamos donde estamos es porque queremos, pero es un trabajo muy duro», indicó Marta Baturone, mientras que Blanca Parejo añadió que «tenemos mucha suerte de trabajar en este sector, porque somos como empresas que vemos un resultado. Mi reto personal es ver la transformación del barrio y ver cómo aprovechan esas oportunidades es muy satisfactorio». Manuela Villena, por su parte, reveló que « mejorar la vida de la gente es maravilloso y desde el punto de vista profesional está siendo un aprendizaje, porque te enseña a ser más fuerte y resiliente y a gestionar esa incertidumbre». «A nivel personal, es una montaña rusa llena de emociones, donde te encuentras tanto con satisfacciones como frustraciones porque no podemos abarcarlo todo. Este trabajo te pone los pies en la tierra», añadió. «Trabajar en este ámbito te ayuda a ver el mundo desde una perspectiva más justa. No significa que nuestros problemas no tengan valor, pero aprendes a relativizar », recalcó Cristina Izu. «Es difícil a veces separarlo de tu vida personal, pero hay que aprender a saber a poner las cosas en su sitio, porque es el trabajo de muchos», coincidió Baturone. La reflexión sobre trabajar de forma conjunta también fue uno de los ejes del debate. «C olaborar entre todos no es sólo para maximizar recursos , sino para aprovechar el poder transformador único que tienen las empresas, porque si se alinean con las necesidades de las personas, somos capaces de cambiar el mundo», expuso Villena. «Las empresas tienen que devolver algo a la sociedad, así hacemos una cadena de favores, porque nos ayudamos mutuamente», aseguró Parejo. «Las empresas necesitan que sus proyectos sociales tengan una repercusión mayor , y así se pueden crear alianzas mayores como en nuestro caso con la Fundación Ronald McDonald, porque se llega mucho más lejos», sostuvo Baturone, que añadió, en cambio, «que hace falta más unión con el ámbito público». Por ello, todas las expertas coincidieron en que hace falta más visibilidad y reconocimiento para que la sociedad se implique más. «Es cierto que hay que tener en cuenta a los medios de comunicación, pero también trabajar con entidades privadas con las que tenemos una relación muy estrecha. Nosotros llegamos a donde llegamos, por eso es importante establecer relaciones con otras entidades», añadió Cristina Izu. «Es importante transmitir verdad, porque así es cuando la gente se acerca a ayudar», concluyó Marta Baturone.
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